EL ASCENDENTE EN ARIES:
EL PODER ESTÁ EN TU INTERIOR.
El Ascendente es el "signo oculto", y se extrae de la conjunción de tres informaciones: fecha exacta de nacimiento, lugar de nacimiento y hora, así que si bien todos nacemos dentro de una constelación que estaba detrás del sol cuando vimos la luz, esta es común para el total de personas que nacieron en esa franja del mes. Lo que te hace que tú seas tú es el Ascendente. Por eso se le llama el signo oculto: hasta que no te hacen una carta natal no te informas de ello. Hay mucha gente que lee los horóscopos o escucha a los astrólogos y "no se encuentra", no se identifica, no se ve con el signo... Y es que uno no es tanto del signo solar como del Ascendente. El signo solar marca un camino de vida, una tónica de destino que cada cual se va encontrando a lo largo de su devenir, pero lo que uno es, lo que realmente muestra al mundo es el Ascendente. Así que cuando damos el primer paso cada mañana, la forma de afrontar el día, cuando tenemos un nuevo proyecto, conocemos a alguien, iniciamos una historia de amor, nos presentan un nuevo proyecto... todo lo que suponga iniciar y dar vida a algo, eso es del Ascendente.
Muchos dirán que entonces el "ascendente lo es todo", y yo diría que ciertamente sí, pero teñido con las energías de los planetas.
Déjame que te haga una alegoría o comparación simbólica:
Debes iniciar una camino que te lleva a un lugar donde vas a pasar las vacaciones. La carretera, que puede ser autovía, carretera convencional, de más o menos kilómetros es el SOL. Las señales de tráfico, las líneas de la carretera, el estado del asfalto y el tráfico... todo lo eventual que ayudan o retrasan son los PLANETAS. Pues bien, el coche, es decir, la marca, el motor, el tipo, si es una berlina, un cuatro por cuatro, deportivo, la potencia del motor es TU ASCENDENTE. Y los "extras" del coche, eso que hace que el viaje sea cómodo y que aumente la seguridad, las ruedas, los frenos...esa es LA LUNA.
Así que aquí iniciamos la serie con el primer signo cardinal: ARIES.
Tener
este Ascendente implica ser consciente de la SINGULARIDAD, así que cuando
vives de cara al exterior se experimenta una tremenda frustración
porque nunca estás a la altura de un mundo que siempre está
cambiando, y Aries quiere ser siempre el primero. Como el exterior,
los criterios, normas, modas y opiniones cambian tanto y el deseo de
ser el primero es tan fuerte, se pierde el punto de referencia y hace
que te aburras fácilmente o que te veas obligada a cambiar de
estímulos, y como la velocidad de Marte rige este signo, a veces
ideas tan veloces, sensaciones tan efímeras y actividades tan
frenéticas hacen que la persona de Asc Aries se pierda y en el
camino se vuelva un egoísta sin sentido, ya que quiere para sí
lo que otros le dicen que debe de querer. Puedes poner en marcha
un proyecto tras otro y nunca terminar nada. Y es que cuando el Aries
vive con criterios sociales o exteriores la velocidad de las cosas
que le ocurren es tanta que no filtra ni asimila. Así que al
identificarte con el entorno te entran muchas cosas a la vez y no te
das ni cuenta, pero te machacan.
Cuando
el Aries vive hacia fuera se vuelve beligerante, y esto se ve muy
bien en las conversaciones en donde es posible que te muestres brusca
o que obligues a los demás a llegar muy rápido a conclusiones a las
que tú has llegado fácilmente pero otros no, así que es una manera
de humillar. Sin darte cuenta hieres a los demás, porque te
abalanzas sobre ellos. Debes tener cuidado con los sentimientos de
envidia, codicia o celos que te colocan en el nodo sur, y repites
constantemente cosas que ya sabes y que no te hacen feliz ni crecer,
solo te hacen las cosas aparentemente más fáciles. Cuando haces
esto notarás que a medida que pasan los años te vuelves más
juvenil (incluso físicamente) y también más irresponsable e
infantil, y es que esta actitud no te aporta nada: te da la sensación
de empezar cosas nuevas, pero estás constantemente repitiendo el
pasado.
Nunca
compitas con el mundo, haz lo que puedas para enriquecerlo, plantea
los retos que te vienen, pero elije solo los que más te convengan a
ti, no todos, no los que quiera la gente, o las normas, o los ritos,
o la educación, o la cultura o la religión… los que tú quieras,
porque realmente al Aries poco le importan estas cosas, no
eres un “ser muy social”, vives en la sociedad pero no perteneces
a ella, no perteneces a ninguna, solo a ti, así que no vivas a
expensas de ellas.
Si
vives en tu centro, podrás observar que haces actividades que se
adelantan al tiempo y son poco o nada comprendidas. Pero si te
comparas con los demás sufrirás mucho la soledad y la crítica.
Debes
vivir siendo consciente de que te ha tocado vivir la SINGULARIDAD
DEL SER, y esto supone que cuando trabajes lo hagas con un
único objetivo, así podrás conseguir muchos, pero de uno en
uno, no todos a la vez. Programa tus prioridades, empieza y termina
lo que te planteas y vuelve a empezar un nuevo reto: tienes que vivir
en singular, uno solo...
Aquí
lo que importa es lo tú pienses de ti, no los otros, y debes
desarrollar la cualidad de ser uno mismo en lugar de pensar en los
que “deberías ser”. La clave está no compararse con las
expectativas de los demás, y que establezcas y controles tu propio
punto. Esta actitud provocará en los demás crítica o rechazo, pero
el reto de tu vida es obviar estas cosas, son solo opiniones, y
seguir en tu centro y confiar en él, en tu propio criterio…
!Cuidado! Te atacarán mucho, y si vives a expensas de esto, te
arruinarán. Nunca mires hacia atrás o dudarás de la fuerza de los
cimientos de tu vida y de tu personalidad: lo hecho, hecho está,
poco podemos insistir para cambiarlo. Para evitar este ataque del
exterior a una personalidad como la tuya que quiere vivir en la
sociedad (con todas sus comodidades) pero al margen de ella
(siguiendo sus propios criterios) un buen consejo sería PRACTICAR
LA MODESTIA, así no provocarás situaciones que te pongan entre
la espada y la pared de los demás y tú mismo.
Debes
ocuparte de ti mismo y evitar todas las contradicciones, así que si
bien es verdad que no debes rendir cuentas a nadie (nunca rindas
cuentas a nadie, te anulas a ti mismo y te destruyes solo) también
es cierto que es obligado que te las rindas a ti mismo, así que la
sinceridad, honestidad y el tono directo para contigo mismo deben ser
obligadas. Esto te hará madurar.
En estos tiempos caóticos y dificiles que estamos viviendo viene muy bien conoceser mejor, saber"el tipo de vehículo"que somos para poderlo conducir hacia donde muchas veces esta realidad parece que nos dirige...otro aporte interesante...Esperando Virgo
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