LA LUNA EN ASTROLOGÍA: 2ª LECCIÓN

QUÉ ES LA LUNA Y CÓMO LA ENTENDEMOS.

La Luna es el astro que reconocemos con mayor facilidad después del Sol, y despierta en todos una gran fascinación porque la vemos de noche, el momento en que descansamos, en que soñamos, en que nos vinculamos con algo que no sabemos cómo definir... "La vida es sueño, y los sueños, sueños son". En la astrología de la India, la luna es un elemento de energía "masculina" y es más importante que el Sol, ya que el la Luna la que "visita" las mansiones lunares.

Por otro lado, la Luna es un astro que nos influye físicamente, y la verdad es que lo notamos: ansiedad y nerviosismo en lunas llenas; cansancio en cuartos menguantes; energía y vitalidad en cuarto creciente y cierta emoción y racionalidad, estabilidad en resumen, cuando la luna está en la fase de Nueva, paradójico, porque es la fase de la Luna que "no se ve". O sea, que cuando la luna "desaparece" nosotros nos sentimos bien, coherentes, y centrados.  Esta es una de las recomendaciones de muchos astrólogos: hay que desmantelar y trascender la luna de nacimiento. Tanto recuerdo del pasado solo impide la evolución de la persona.


Su símbolo en astrología es el de la Luna creciente, momento más interesante del ciclo ya que es cuando crecemos. La Luna protege a la Tierra de energías exteriores, y por analogía protege a cada uno de forma emocional, ya que son las emociones son las que nos protegen de muchas situaciones de la vida. 
La Luna es el Número 2 en numerología: lo femenino, la cooperación y el compañero.

En astrología, la Luna es la NUTRICIÓN, el cuidado, lo que se da y lo que se recibe. O mejor: lo que recibimos de niños es lo que damos de mayores. 
Al hacernos mayores vamos cuidando de otros, así que la Luna indica dos cosas:
- Cómo podemos cuidar de los demás.
- Cómo podemos dejarnos cuidar por los demás.
Por eso, la palabra clave si hablamos de la Luna como símbolo es DEPENDENCIA.

La Luna muestra las pautas, hábitos y recuerdos que tenemos de los primeros años de vida, que saldrán de forma inconsciente, por eso, muchas veces, repetimos los mismos patrones de nuestros padres, aunque reconozcamos que fueron nocivos o negativos, porque los recordamos, porque marcaron pautas y hábitos que como cualquier pauta o hábito SE PUEDE CAMBIAR. 

La Luna para muchos astrólogos, indica cómo es la madre natural que tuvo la persona. Si comparamos la carta natal de una persona con la de su madre, veremos que el hijo tiene a la luna en el signo en el que la madre tiene al Sol y a veces el ascendente: el hijo/a tiene la luna en Tauro y la madre tiene al sol o ascendente en Tauro


Pero realmente, la Luna de cada cual no es cómo se comportó nuestra madre objetivamente, sino cómo la percibió el niño, por eso, entre varios hermanos, la luna de cada uno cambia, no porque la madre sea distinta, obviamente, sino porque cada uno la percibió de forma diferente.
Y aquí hay una idea clave: no terminamos de desarrollar nuestra personalidad hasta que no nos separamos de nuestra. La separación real, emocional, física... ES VITAL. 

Si quieres conocer tu patrón de emociones, observa en qué tienes la Luna. Ten en cuenta que los aspectos con Saturno suelen dar dureza, frialdad, soledad, seriedad, madurez precipitada; y los aspectos con Neptuno suelen tener una pátina de evasión, falsedad, ilusión, irrealidad, lo que acarrea mucha inseguridad.

La Lunas en Aire: Géminis, Acuario y en menos medida, Libra.
Son personas que interpretan que su madre era fría, distante, y que frecuentemente se despreocupaba de cómo se sentía el niño, o le molestaba que el niño cambiara de emoción: llanto, cabreo, enojo del niño... Para la madre, estas actitudes del niño son desagradables y rechaza a su hijo cuando las expresa. Consecuentemente, el hijo/a aprende a renegar, a ocultar, a rechazar y finalmente a "dejar de sentir" estas emociones. Como adultos intelectualizan los sentimientos: hablan de ellos, de cómo se siente las personas, y a menudo aciertan, hablan sin parar de cómo viven las emociones los otros, pero ellos se niegan a pasar por el proceso, y si lo hacen, trasforman tanto la Luna que el dolor les cambia completamente.

La Lunas en Tierra: Tauro, Virgo y Capricornio.
Lo que no se puede ver, tocar, escuchar, gustar... no existe, así que estas personas tienen cierta dificultad con las emociones. Las Lunas en Capricornio y en Virgo pretenden analizar estos sentimientos "irracionales", y se auto-recriminan por la falta de perfección, y es que sus padres fueros excesivamente críticos con ellos.
Las Lunas en Tauro aceptan mejor las emociones y todo lo demás, pero trabajan muchísimo intentando restablecer el orden, la serenidad... Todas en resumen, quieren averiguar qué causa el problema y qué pasos concretos hay que dar para solventarlos y volver al equilibrio emocional.

Las Lunas en Fuego: Aries, Leo y Sagitario.
Responden activamente y agresivamente a las situaciones de la vida, porque así respondieron sus padres cuando ellos presentaron algún problema. Tienen que actuar para detener lo que les molesta o marchan a buscar lo que necesitan: lo más importante es HACER, ALGO, LO QUE SEA, PERO HACER.
A menos que tenga aspectos negativos con Neptuno o Saturno, estas personas encaran muy bien la ira, lo que le cuesta mucho al resto de los signos, y carecen casi absolutamente de empatía y de sensibilidad ante los sentimientos de los demás: se centran tanto en ellos mismos que no se paran a pensar en cómo se siente el otro con lo que ellos hacen... y es que ni les importa.

Luna en Agua: Cáncer, Escorpio y Piscis.
Son personas muy emocionales, intuitivas y con una capacidad de percibir las emociones de los demás maravillosa, tanto que se contagian y sienten lo que otros sienten, lo que les hace sufrir bastante algunas veces. Las lunas en Piscis suelen evadirse de sus emociones porque son muy intensas, a través de vicios, drogas, sueños, o el Arte... son personalidades muy adictivas y fantasiosas.

Hay que prestar especial atención a la CASA 4. Si tiene malos aspectos o planetas duros, a la persona le costará mucho sentar las bases de su personalidad, o echar raíces.

Espero que te sea contribuyente.

Astrosemion



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